Salud Dental Para Todos

 

Valoración previa de las alteraciones de los maxilares tras la pérdida de la dentición permanente

E-mail: Od. Marcelo Alberto Iruretagoyena

Con el paso de los años, y como consecuencia de la perdida de los dientes naturales, tienen lugar unos cambios de carácter involutivo en el sistema estomatognático que van a ejercer una importante influencia sobre el posible tratamiento protésico total, en etapas posteriores.

 Maxilares
  • En el caso de que la zona alveolar haya perdido su capacidad funcional, o en caso de haber sufrido ésta demasiadas sobrecargas patológicas causadas por prótesis parciales mal indicadas y colocadas, dicha zona alveolar llega a desaparecer de un modo más o menos rápido (en color amarillo). En el caso más desfavorable, esta pérdida llega a extenderse hasta la base mandibular. Las pérdidas de cresta alveolar son a menudo de carácter notablemente irregular. Si se observan estas zonas alveolares desaparecidas desde su cara lateral, suele apreciarse un plano antero posterior de Camper, siguiendo el curso descendente de la cresta mandibular. Ver figura de los maxilares  derecha
  • Tanto en el maxilar superior como en la mandíbula, el hueso se atrofia tras la extracción de dientes. El maxilar superior se atrofia hacia dentro, y el maxilar inferior hacia fuera. Esto da lugar con cierta frecuencia a problemas estáticos  en las futuras prótesis. Ver figura derecha

  • En la figura izquierda  se observa la inclinación de la línea alveolar.
  1. Centro de la cresta alveolar superior

  2. Línea interalveolar, línea de conexión de las crestas alveolares

  3. Plano oclusal

  4. Límite interior máximo de los dientes inferiores

  5.  Centro de la cresta alveolar inferior
Si la inclinación de la línea inter-alveolar con respecto al plano oclusal (4) es superior a 80°, se montará una mordida normal; si es inferior a 80°, debe montarse una mordida cruzada. (Gysi) para mejorar la estabilidad de la prótesis y dar espacio a la lengua.
 
Musculatura

La musculatura responsable de la mímica pierde parte de sus inserciones a causa de la pérdida de las zonas alveolares. De este modo, se produce la formación de arrugas en los surcos bucales y la caída del labio, en particular del superior, en la región del músculo orbicular de los labios. Durante el curso de la pérdida de la zona alveolar, la inserción de los frenillos labiales puede llegar hasta la zona alveolar a un nivel elevado, obstaculizando la función de la futura prótesis.

Articulaciones temporomandibulares

En la articulación temporo mandibular del ser humano se producen, a una edad avanzada, una serie de transformaciones y manifestaciones de desgaste, en parte características, que se relacionan con el largo período de uso de la misma.

El disco articular de la articulación temporo mandibular se vuelve a menudo muy fino, parcialmente deshilachado y en ocasiones incluso perforado. Según  investigaciones, en los grupos de edad comprendidos entre los 60 y los 80 años, más de un 20 °/o de las personas lo tienen perforado. La localización predilecta de dicha perforación es el polo condilar lateral, aunque la zona perforada puede extenderse, no obstante, hasta toda la superficie del disco articular.

La perdida de tejido conectivo del disco conduce a un mayor estrechamiento de los espacios articulares. Finalmente al producirse con el movimiento un fenómeno de roce de hueso sobre hueso, tiene lugar los conocidos ruidos de crepitación.

La perdida de la elasticidad por las continuas exigencias funcionales da lugar a un debilitamiento de las inserciones del disco, con lo que dicho disco articular sufre una desviación progresiva, desde una posición "centrada" hacia delante.

La perdida general de matriz ósea facilita a la cabeza articular un espacio más amplio de movimiento, suele observarse una tendencia clara a la sobre mordida.

Neurofisiología
Las funciones neuronales sufren una involución en correspondencia con los cambios de carácter degenerativo vinculados a la senilidad. A este respecto resulta de particular interés la disminución de información sensorial debida a la pérdida de las piezas dentarias y de receptores periodontales que se vincula a dicho fenómeno. De este modo, por ejemplo, va empeorando el control nervioso sobre la consistencia de los alimentos.

Los mecanismos de regulación del sistema nervioso central y, con ello, la capacidad funcional coordinada de la musculatura de la masticación sufren también una alteración de índole involutiva. Lo positivo de todos estos fenómenos consiste en la disminución de la susceptibilidad patológica del sistema frente a determinadas funciones erróneas, pero, en contrapartida, presenta un  inconveniente de que las evoluciones motrices de carácter funcional resultan, en general, de sustitución más dificultosa.

Ello puede comportar importantes problemas en lo referente a la adaptación de la prótesis y al aprendizaje de todo nuevo patrón de función masticatoria.